martes, 31 de agosto de 2010

El Sevilla contra los "zulús".

Duros, muy duros y complicados debieron ser los principios del Sevilla Football Club. La incomprensión, la intolerancia y la mayoría de las veces la incultura de una sociedad decadente, devota de Frascuelo y de María, heredera de Rinconetes, Cortadillos y afanes de patio de Monipodio, complicaron notablemente la existencia a aquel grupo de jóvenes que traían nuevos aires de libertad y el deseo de una regeneración de la sociedad mediante el deporte.
Muchos fueron los obstáculos, y entre ellos, la lucha frente a los temibles "zulús" sevillanos.
No, no se confundan. Ya me hubiese gustado contarles que allá por 1909 nos enfrentamos, en leal y reñida competencia futbolística, a los bravos guerreros del pueblo Zulú, el pueblo de raza negra más hermoso de cuantos habitaron el enigmático y sorprendente continente africano. Un pueblo, el Zulú, que luchó en sus tierras del sur de África por mantener su independencia, su soberanía y su orgullo. Un pueblo que se reveló constantemente, con temibles revueltas, contra las propuestas soberanistas del imperio británico.
Quizá por ello, la imagen que llegó a Europa de este pueblo africano no fuese del todo buena y se le presentase como una etnia primitiva, cafre y salvaje. La influencia británica en toda Europa sembró de propaganda interesada la consideración y reputación del bravo pueblo Zulú.
No es de extrañar, por ello, que incluso en el diccionario de la RAE se indique en la tercera acepción del término “zulú” lo que les muestro; Los temibles "zulús" de los que les hablaba al principio, bárbaros y salvajes, fueron otros y sin duda uno de los primeros enemigos a los que tuvieron que enfrentarse los sevillistas hace más de cien años.

En una asamblea del Sevilla F.C. en 1909, bajo la presidencia de José Luis Gallegos, se adoptó, entre otros, el siguiente acuerdo:

El Sevilla entrenaba a más de ochenta jóvenes y disputaba sus partidos en el Prado de San Sebastián. Un año antes, en 1908, debió abandonarse el campo de juego del Huerto de la Mariana, en terrenos de la actual Plaza de América. Las razones del cambio de campo puede que las encontremos en un próximo artículo sobre el referido lugar.

El traslado a terrenos del Prado de San Sebastián debió tener sus pros y sus contras. Al ser una zona más céntrica y accesible supondría un mayor concurso de chavales y jóvenes interesados en el novedoso sport. Por contra se perdió el sosiego del Huerto de la Mariana, aquella zona debió ser tranquila, alejada del bullicio de la ciudad y rodeada de árboles , zonas ajardinadas y huertas. El descampado del Prado sería un lugar inhóspito, inmenso y poco apetecible para jugar al fútbol, y más aun teniendo que soportar a los dichosos "zulús" que molestaban al público y los jugadores. Los "zulús" no eran patrimonio exclusivo de Sevilla, en otros puntos de España operaban sembrando el pánico y el desconcierto;

Los mismos "zulús" que campaban a sus anchas por los paseos y zonas de esparcimiento de la villa y corte,y a los que el gran Cavía, D. Mariano, ese que se inventó el vocablo "balompié" en agosto de 1908, se encargó con su pluma de meter en cintura:Estos "zulús", como habrán imaginado, eran los golfos de toda la vida, los mismos que apedreaban los tranvías en la Ronda de Capuchinos dejando tuerto a un conductor -según las crónicas de la época-, los que no tenían otra cosa mejor que hacer que molestar e incomodar constantemente a la población, los que inundaban las fachadas de la ciudad de groseras e irrespetuosas pintadas;Y además, acudían a los terrenos del Prado a molestar a los jugadores y al público de aquel deporte llamado "foot-ball". Molestias que llevaron al club sevillista a pedir amparo y protección a la máxima autoridad competente: el gobernador civil de la provincia.

Entre otras cosas, contra eso luchaba el Sevilla de los primeros años aportando su granito de arena; fomentando el sport como vehículo de desarrollo físico e intelectual en la juventud. Una juventud que en un importante porcentaje se mostraba ociosa, perdida, inculta, intolerante, irrespetuosa y sin esperanzas de futuro.

Duros, muy duros fueron los principios del actual CAMPEÓN DE ESPAÑA; el SEVILLA FÚTBOL CLUB, EL ETERNO CAMPEÓN DE ANDALUCÍA.
NOTA;
En 1912 continuaba el problema, ante la impasible mirada de las autoridades que poco o nada hacían por evitarlo.

1 comentario:

A. Ramírez dijo...

Gracias a Aurora y a Juan por sus impagables aportacioes.